Llegar a los 59 años me hizo darme cuenta de lo importante que es mantenerse en forma y saludable, especialmente con el paso de los años. 

Nunca fui un fanático del ejercicio, pero siempre intenté mantenerme activo. Sin embargo, la pandemia desordenó completamente mi rutina, y aunque las cosas comenzaron a volver a la normalidad, no pude retomar el ritmo. 

Ahora, cerca de los 60, dividir mi tiempo entre el trabajo a tiempo completo y mi nieto recién nacido se ha vuelto cada vez más difícil. ¿El resultado? Ganancia de peso constante y un alejamiento de mis objetivos de salud. 

No olvido el día en que, ayudando a mi esposa con las compras, me vi luchando por recuperar el aliento después de subir solo unos pocos escalones. Me sentí agotado, avergonzado, y pensé: "¿Cómo permití que llegara a este punto?". Fue en ese momento que me di cuenta de que, si no tomaba una acción, podría no estar presente para ver crecer a mis nietos.